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Guía de respuesta dirigida por la ciudad

Última actualización:
10/10/2024
Fecha de publicación:
28/03/2024
Tipo de contenido:

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Capítulo 4: Apoyo psicosocial

Aunque las experiencias de quienes han sobrevivido a actos de terror, odio o extremismo violento son profundamente personales y específicas de cada contexto, la investigación ha descubierto capas comunes de trauma y etapas de duelo entre supervivientes y testigos. Abarcan desde efectos físicos y médicos hasta traumas psicológicos intrusivos y a largo plazo.

Tras un atentado, el miedo tiene repercusiones duraderas en la salud pública, la seguridad y la economía. Por tanto, es crucial que todas las personas afectadas puedan acceder a apoyo psicosocial.

Las autoridades locales no deben necesariamente desarrollar o supervisar ellas mismas dichos mecanismos. Sin embargo, suelen tener el alcance, los recursos y la credibilidad necesarios para coordinar a la diversidad de actores relevantes, una de las tareas más importantes (y difíciles) en situaciones de emergencia. En este capítulo se describen los distintos pasos que deben dar las autoridades locales para crear un mecanismo de coordinación que proporcione un apoyo psicosocial adaptado e integral a la población local tras un atentado u otra situación de crisis.

El trauma no depende de la proximidad

Un estudio de supervivientes del terrorismo en Israel descubrió que el 77% presentaba síntomas de estrés traumático, mientras que el 59% mostraba signos de depresión. El estudio también descubrió que la proximidad a un atentado no siempre era un factor clave para determinar el impacto psicológico en una persona, ya que los testigos tenían las mismas probabilidades de experimentar un trauma que los que fueron blanco directo de los agresores o sufrieron lesiones físicas.

Trauma Colectivo

Cinco años después de los atentados con gas sarín de 1995 en Tokio (Japón), los supervivientes seguían presentando «síntomas físicos inexplicables«, probablemente derivados de un trastorno de estrés postraumático. Además del impacto individual, las sociedades afectadas suelen sufrir un «trauma colectivo», que se manifiesta como un sentimiento compartido de «amenaza inminente generalizada, miedo, terror e inhibición… un estado de inseguridad generalizada, terror, falta de confianza y ruptura del tejido social». Estos sentimientos de ansiedad son especialmente agudos en los casos en que una determinada comunidad étnica o religiosa es objetivo de los agresores, separándola ostensiblemente del resto de la población.

Análisis de la situación

Las autoridades locales suelen conocer bien a los distintos agentes que actúan sobre el terreno (por ejemplo, servicios sociales, orientadores, iniciativas de tutoría, clubes extraescolares, educación no formal). No obstante, puede haber recursos y proveedores que sean especialmente populares, menos conocidos por los funcionarios o susceptibles de ser pasados por alto cuando se produce una emergencia. Por tanto, a las autoridades locales les puede resultar útil crear un grupo de trabajo local de apoyo psicosocial, abierto a todos los proveedores de servicios y agentes de apoyo. Idealmente, la autoridad local reuniría a este grupo como un esfuerzo de prevención y lo movilizaría en caso de emergencia, como un atentado terrorista, una catástrofe natural o una crisis sanitaria.


Creación de un Grupo de Trabajo Local de Apoyo Psicosocial

1. Asigna a un empleado (o más, en función de las necesidades) de la autoridad local como punto(s) central(es) para los socios y para administrar el grupo de trabajo (por ejemplo, manteniendo los documentos y bases de datos relacionados, organizando y dirigiendo reuniones, sirviendo de enlace con los socios).

2. Conseguir un espacio para las reuniones del grupo de trabajo y determinar su periodicidad.

3. Empieza a cotejar los documentos necesarios, incluidos:

  • Términos de referencia que establezcan los criterios de «pertenencia», los principios que deben respetarse (por ejemplo, «no hacer daño»), las funciones y responsabilidades (incluidos los actores externos al grupo de trabajo, como las agencias nacionales y la policía), las directrices para las reuniones, las formas de trabajar, etc.
  • Una base de datos de proveedores de servicios y agentes de apoyo que incluya su público objetivo o beneficiarios principales, las áreas de apoyo, su alcance geográfico, su método y las lenguas habladas (por ejemplo, línea directa, asesoramiento en persona, actividades sociales, círculos de apoyo en grupo).
  • Una base de datos de beneficiarios que no incluya necesariamente nombres y datos de contacto, sino diversos grupos que puedan necesitar apoyo psicosocial (por ejemplo, padres de víctimas en el barrio X); esto alimentará una matriz que compruebe que todos los grupos que necesitan apoyo están cubiertos por un proveedor de servicios o un agente de apoyo.
  • Un registro de evaluación para revisar continuamente el apoyo disponible y los retos experimentados por los usuarios del servicio para mejorar la prestación. Esta revisión debe tener lugar en la reunión ordinaria, donde puedes recabar opiniones de los distintos miembros de los grupos de trabajo sobre la demanda de servicios, cuestiones de capacidad y recursos, igualdad de acceso, etc. Por ejemplo:
    • ¿Existe un apoyo adecuado en toda la ciudad?
    • ¿Hay alguna persona que necesite apoyo pero que no lo esté recibiendo actualmente?
    • ¿Se están adaptando los servicios al ciclo del trauma?

Identificación de proveedores de servicios y agentes de apoyo

1. Organiza una reunión abierta para todas las partes interesadas que puedan prestar un servicio de primera línea o apoyar a las personas que necesitan apoyo psicosocial de otras formas (por ejemplo, proporcionándoles comidas, haciéndoles compañía, poniéndose en contacto con familiares, haciendo recados). En las ciudades más grandes, deben organizarse varias reuniones en diferentes barrios para garantizar que las autoridades locales conocen a todos los socios potenciales.

2. Dirígete directamente a los socios que las autoridades locales ya conocen.

3. Utiliza las actividades de participación de la comunidad para identificar a otros socios potenciales.

4. Establece un ayuntamiento regular para los socios oficiales y cualquier persona dispuesta a ofrecer voluntariamente su tiempo o experiencia.

Aunque el voluntariado puede ser un recurso esencial en tiempos de crisis, es vital mantener unas normas acordes con el deber de asistencia. Por ejemplo, alguien sin formación formal nunca debe ser responsable del asesoramiento sobre traumas; del mismo modo, alguien que carezca de las comprobaciones de antecedentes necesarias (por ejemplo, un Disclosure and Barring Certificate en el Reino Unido) no puede ser asignado a trabajar con menores o adultos vulnerables. Puede parecer excesivo, pero no te saltes estos pasos aunque estés desesperado por conseguir más capacidad o la gente parezca bienintencionada. Si algo sale mal, será mucho más difícil justificar por qué a un voluntario se le dio acceso a las víctimas o se le colocó en funciones ajenas a su conocimiento si no has seguido los procedimientos básicos.

Los proveedores de servicios y los agentes de apoyo pueden ser familias, líderes comunitarios, líderes/sanadores religiosos o tradicionales, trabajadores sanitarios y sociales comunitarios, educadores (formales/informales), grupos de mujeres, clubes juveniles, grupos de planificación comunitaria, redes de voluntarios, organizaciones benéficas y empresas locales, etc., siempre que reciban la formación adecuada.

ResilienceNet – OneWorldStrong.org

Una aplicación móvil que conecta a personas, supervivientes, primeros intervinientes y refugiados con profesionales, servicios y recursos pertinentes, independientemente de su ubicación geográfica. ResilienceNet ofrece una serie de servicios, como servicios educativos, de apoyo entre iguales, de prevención de la violencia y de chat seguro. La plataforma se dedica a proporcionar a los supervivientes, primeros intervinientes y refugiados la ayuda y el apoyo que necesitan para seguir adelante con fuerza y resiliencia.

Más información: Aplicación móvil ResilienceNet | OneWorldStrong

Ciudades intactas

El alcalde de Greater Manchester, Andy Burnham, y el alcalde de Liverpool City Region, Steve Rotheram (Reino Unido), lanzaron una red de ciudades y organizaciones benéficas para apoyar la recuperación de Ucrania tras la guerra. Se produjo como respuesta a una petición de apoyo del alcalde de Lviv (Ucrania), Andriy Sadovyi, para respaldar su visión de un programa nacional de rehabilitación, Unbroken, para ayudar a su país a recuperarse del trauma de la guerra. Los dos alcaldes británicos se han ofrecido a convocar a alcaldes de unas 20 ciudades del Reino Unido y Estados Unidos para proporcionar a Lviv y a las organizaciones ucranianas apoyo estratégico y técnico de ciudades que han sufrido atentados terroristas y violencia extremista, así como para abrir sus redes médicas y caritativas en apoyo de Lviv.

Más información: Red de Ciudades Inquebrantables | OneWorldStrong

Identificación inicial de beneficiarios

La identificación de los beneficiarios debe comenzar lo antes posible, y la lista de nombres debe revisarse periódicamente en las reuniones del grupo de trabajo. Los siguientes grupos pueden servir como punto de partida para identificar a los posibles beneficiarios:

  • Víctimas directas y supervivientes. Los heridos físicos y otras personas presentes en el lugar de los hechos; un informe sobre el apoyo a las víctimas. tras los atentados terroristas perpetrados en el Reino Unido sostiene que «los que normalmente se clasifican como ‘testigos’ que se encontraban cerca del incidente o en el lugar de los hechos poco después deben ser considerados y tratados como supervivientes por todos los organismos implicados en la asistencia a las víctimas, y poder acceder a servicios de apoyo adecuados».
  • Familiar más cercano. Familias y otras personas cercanas a las víctimas directas o a los supervivientes.
  • Servicios de emergencia. Agentes de las fuerzas del orden, personal de bomberos y ambulancias y otros intervinientes de primera línea, que necesitan ser educados sobre los posibles efectos a largo plazo que podrían experimentar a causa de tales sucesos.
  • Víctimas secundarias y supervivientes. Personas y miembros de comunidades que se relacionan con las víctimas (por ejemplo, la comunidad judía tras el atentado de la Sinagoga del Árbol de la Vida de 2018).
  • Empleados públicos. Personal de la autoridad local que pueda estar en alguna de las categorías anteriores, especialmente los más estrechamente implicados en la gestión y respuesta a la crisis.
  • Other considerations: 
    • Supervivientes transfronterizos. Por ejemplo, personas que estaban de visita en tu ciudad en el momento del atentado. La Red Internacional de Apoyo a las Víctimas del Terrorismo y la Violencia de Masas proporciona directrices exhaustivas para abordar sus necesidades específicas.
    • Diásporas. Nacionales que vivan en el extranjero o personas que vivan en tu ciudad y cuya ciudad natal haya sufrido un atentado terrorista. Estas personas necesitarán información y, potencialmente, apoyo psicosocial, y tendrán necesidades específicas, como la traducción.
    • Multilingüe. El grupo de trabajo debe asegurarse de contar con profesionales que hablen distintas lenguas, para traducir o interpretar la información y proporcionar apoyo a distancia.

Los proveedores de servicios de apoyo no deben ser restrictivos en cuanto a quién puede tener acceso, ya que los ataques o las crisis pueden tener repercusiones en la salud mental de personas no afectadas directamente por la violencia. Tras los atentados del 11-S (Estados Unidos), personas de lugares tan distantes como Dinamarca manifestaron síntomas de trastorno de estrés postraumático relacionados con el atentado terrorista de Nueva York, con resultados similares tras los atentados de 2011 en Noruega.

En las primeras fases, puede que las autoridades locales tengan que establecer prioridades, para que los más necesitados puedan acceder a la asistencia inmediata. Sin embargo, a más largo plazo, las ciudades deben tratar de atender a un público más amplio, haciendo hincapié en la divulgación y el compromiso comunitarios para identificar a más personas que necesiten apoyo psicosocial.


Respuesta

Evaluación de necesidades y riesgos

El apoyo psicosocial debe adaptarse en la medida de lo posible a las necesidades y riesgos de cada persona. El Grupo de Trabajo Local debe colaborar para identificar las necesidades y realizar evaluaciones de riesgos, determinando qué vía de atención es la más adecuada en cada caso y quién asumirá la «propiedad» de esa persona. La autoridad local puede proporcionar un marco conjunto para realizar y recopilar estas evaluaciones, así como garantizar actualizaciones periódicas de los proveedores (de acuerdo con las restricciones de privacidad y la confidencialidad médico-paciente).

Hay al menos cinco dimensiones relacionadas con el bienestar que deben incluirse:

  • Psicológica o social. Dichas necesidades pueden ir desde las que requieren un seguimiento médico para síndromes como el trastorno de estrés postraumático o la depresión, hasta cuestiones menos graves relacionadas con el bienestar emocional, en las que los beneficiarios podrían necesitar un agente externo (por ejemplo, un grupo de apoyo comunitario) que les ayude a sobrellevar la situación.
  • Información y asesoramiento. Las secuelas de un ataque o incidente pueden ser muy desorientadoras y abrumadoras. Los particulares pueden necesitar simplemente asesoramiento sobre cuestiones jurídicas, sobre cómo tratar con su empleador o sus compromisos profesionales, o sobre la mejor manera de gestionar la atención de los medios de comunicación y los periodistas, y la visibilidad pública.
  • Salud física. Aunque esta categoría podría englobar la salud mental, nos referimos en particular a las lesiones visibles, especialmente las de larga duración, y al efecto asociado sobre la autopercepción o la identidad. Estas lesiones pueden ser un recordatorio persistente del trauma, exigir cambios importantes en el estilo de vida y las capacidades de la persona, o hacerla identificable en público.
  • Prácticos y de seguridad. Los problemas prácticos, que van desde los daños a la propiedad hasta la dificultad para acceder a un teléfono o a un alojamiento, «a menudo actúan como recordatorios de lo que han pasado las personas y hacen que les resulte más difícil rehacer su vida». Es crucial tener en cuenta los aspectos digitales para abordar los problemas prácticos y de seguridad, y la posibilidad de que las víctimas se conviertan en blanco de abusos de odio, acusaciones y desinformación y desinformación en línea (como ocurrió, por ejemplo, con los padres de los niños asesinados en el atentado del 11 de septiembre). Tiroteo de Sandy Hook en Newtown (Connecticut, Estados Unidos). Deben introducirse medidas básicas de seguridad electrónica, como limitar el acceso público a las cuentas de los medios sociales, y deben darse amplias orientaciones sobre privacidad y consejos para denunciar los contenidos perjudiciales.
  • Financiera. Existen varias dimensiones financieras potenciales relacionadas con el bienestar tras un atentado, por ejemplo, las víctimas directas y los familiares pueden sufrir dificultades económicas debido a los gastos funerarios y a la pérdida de salarios, así como a los daños a los bienes personales.

Se ha convertido en una práctica habitual el crowdfunding para las víctimas de atentados terroristas (por ejemplo, los atentados del Puente de Londres o de Christchurch ). Aunque estas prácticas pueden ser fundamentales para garantizar que los supervivientes reciban el nivel adecuado de apoyo que necesitan, los esfuerzos descentralizados de crowdfunding pueden ser igualmente perjudiciales, con un impacto psicológico en los supervivientes y alimentando una mayor polarización. Por ejemplo, tras el tiroteo de agosto de 2020 en Kenosha (Wisconsin, Estados Unidos), en el que murieron dos personas, un sitio de crowdfunding recaudó cientos de miles de dólares para pagar la defensa jurídica del autor acusado de homicidio intencionado.

Garantizar un paquete de apoyo integral

La pirámide de intervención de la Comunidad Permanente entre Organismos de la OCHA para la salud mental y el apoyo psicosocial en emergencias ilustra que una «clave para organizar la salud mental y el apoyo psicosocial es desarrollar un sistema estratificado de apoyos complementarios que satisfaga las necesidades de los distintos grupos». Mediante la colaboración continua y las reuniones periódicas, el Grupo de Trabajo Local puede identificar qué aspectos del apoyo se están abordando y quién lo está haciendo, y qué lagunas quedan.


Encuesta

  • Identifica qué actores del grupo de trabajo cubren qué necesidades, según la evaluación de riesgos. Esto debe añadirse a la base de datos.
  • Determina qué otros mecanismos de apoyo existen y qué necesidades cubren (por ejemplo, sistemas de compensación a nivel nacional).

Identificar lagunas

  • Utilizando la encuesta, determina si todas las necesidades de las evaluaciones se están abordando a través de los actuales proveedores de servicios y agentes de apoyo. Si detectas lagunas concretas, estudia si puedes organizar formación para proveedores comunitarios o grupos de base para cubrirlas.
  • Revisa tu evaluación continuamente, utilizando las reuniones periódicas para evaluar la respuesta e identificar nuevas tendencias o retos.

Ayuda a largo plazo

El Grupo de Trabajo Local debe considerar formas de conmemorar o recordar los hechos como comunidad. La divulgación pública es fundamental en este caso, ya que los mecanismos conmemorativos deben estar guiados por las víctimas y la comunidad en general:

  1. A nivel individual, será importante «elasesoramiento en crisis relacionado con los cumpleaños de las víctimas, las vacaciones, los aniversarios familiares importantes y [at least] el primer aniversario del suceso».
  2. A nivel colectivo, los símbolos «tienen la capacidad de reforzar la identidad y generar solidaridad para fomentar la conducta adecuada, el orden y la confianza. Los símbolos pueden ser emblemas culturales como banderas, logotipos, lugares o edificios, o acontecimientos y representaciones como rituales de duelo, manifestaciones a la luz de las velas, ceremonias de colocación de coronas, procesiones conmemorativas, etc.».

Comunicar los servicios y apoyar a los grupos vulnerables

El Grupo de Trabajo Local debe adoptar un enfoque proactivo para garantizar que toda la población conozca las ayudas disponibles, incluidas las comunidades de más difícil acceso. Aunque cada proveedor de servicios dará a conocer su oferta específica, la autoridad local puede asegurarse de que dispone de una plataforma centralizada para facilitar la coordinación entre los proveedores de servicios. Las comunicaciones deben ser claras y difundirse ampliamente, para «ayudar a resolver cualquier confusión sobre dónde debe acudir la gente si necesita ayuda» y debe haber información común en todas las plataformas de los socios, incluidos los sitios web, las redes sociales y la participación directa.

ContenidoHerramientas de difusiónOtras consideraciones
¿Cuál es la situación actual?

¿Dónde puedo obtener información?

¿Dónde puedo recibir asistencia?

¿Varía la atención si soy víctima directa o indirecta?

¿Cómo puedo abordar las cuestiones prácticas relacionadas con el trabajo, las finanzas, etc.?

¿Cuáles son mis derechos en materia de indemnización/reparación?
Páginas web

Volantes, folletos, vallas publicitarias

Medios de comunicación (por ejemplo, prensa, radio, TV)

Redes sociales

Líneas de ayuda

Mensajería directa (por ejemplo, campañas de texto y alertas)

Asociación con plataformas tecnológicas y motores de búsqueda para disponer de alertas basadas en la localización (por ejemplo, utilizadas durante el COVID-19 o las elecciones).
Índices de alfabetización: considera el contenido visual o la grabación de mensajes

Necesidades lingüísticas: considera los servicios de traducción e interpretación

Cultura: comunicarse en persona o a través de canales menos directos o medios sociales

Lecciones para la atención psicosocial tras una catástrofe

Un informe de 2022 sobre las respuestas de atención psicosocial a los atentados en Bélgica, Francia y Noruega descubrió que, a pesar de la existencia de directrices internacionales sobre atención psicosocial tras las catástrofes, había importantes diferencias entre los tres países estudiados en las respuestas de atención psicosocial a los atentados terroristas a gran escala. El informe concluyó que, para crear mejores prácticas, debería establecerse un estudio sobre el contenido y la organización de la atención psicosocial tras las catástrofes en distintos países, así como un marco transnacional para la investigación sobre seguimiento y evaluación. Es esencial adquirir conocimientos a través de las fronteras nacionales sobre la calidad y eficacia de las distintas respuestas de atención psicosocial para reforzar nuestra preparación ante atentados terroristas e incidentes similares con víctimas masivas a escala internacional.

Lecciones para la atención psicosocial a largo plazo

El Informe Tras la Acción (IAA) de la Respuesta a los Atentados del Maratón de Boston de 2013 (Massachusetts, Estados Unidos) identificó una serie de buenas prácticas y áreas de mejora en este ámbito. El IAA identificó como mejor práctica la prestación continuada de servicios de salud mental por parte de los servicios de salud mental estatales y locales durante varias semanas tras los atentados. El informe concluía que «el apoyo emocional y la curación de la comunidad seguían siendo una gran prioridad» y que «se seguían poniendo recursos a disposición del público y se les daba una buena publicidad a través de diversos medios de comunicación».

Las Ciudades Fuertes escucharon lo mismo de los supervivientes de los atentados, pero un aspecto que se ha planteado como una importante lección aprendida es que, a largo plazo, a medida que más personas reconozcan la necesidad de apoyo y lo busquen, los servicios de salud mental y los procesos asociados deben estar disponibles.

El IAA identificó como área de mejora los servicios de salud mental para personal ajeno a la seguridad pública, proveedores de servicios sanitarios y humanos. La revisión concluyó que «no se atendieron adecuadamente las necesidades de salud mental de algunos proveedores de servicios sanitarios y humanos que apoyaron a personas afectadas por los atentados». Además, afirmaba que «el personal de la ciudad de Boston que formó parte del esfuerzo de recuperación de Boylston Street y sintió el estrés de trabajar físicamente en la zona afectada no vio atendidas adecuadamente sus necesidades de salud mental». La AAR recomendó impartir formación en primeros auxilios psicológicos a los empresarios del sector sanitario y de servicios humanos, para dotarles de habilidades que les permitan identificar los signos de trauma psicológico en sus empleados. Es crucial garantizar el acceso a largo plazo al apoyo en salud mental para los primeros intervinientes y para todo el personal y proveedores implicados en los esfuerzos de respuesta.

Factores desencadenantes del trastorno de estrés postraumático (TEPT)

En Kumanovo (Macedonia del Norte), los agentes de la policía comunitaria han advertido contra el uso de fuegos artificiales antes de las fiestas de Año Nuevo y en las bodas, ya que el ruido podría desencadenar traumas tras los enfrentamientos de 2015 (también conocidos como Operación «Divo naselje»). Los enfrentamientos fueron una serie de tiroteos que estallaron durante una redada entre la policía macedonia y un grupo armado denominado Ejército de Liberación Nacional, en la que murieron ocho policías macedonios y diez militantes, y otros 37 agentes resultaron heridos.

Para los supervivientes de los dos tiroteos masivos en escuelas de Parkland (Florida) y Santa Fe (Texas) (Estados Unidos) en 2018, los fuegos artificiales son un reto y pueden desencadenar síntomas de estrés postraumático. Algunos jóvenes supervivientes pidieron a sus comunidades que mostraran sensibilidad durante las celebraciones del 4 de julio (Día de la Independencia) y fueran conscientes del impacto que los fuegos artificiales podrían tener en los estudiantes y profesores que se enfrentan a los efectos a corto y largo plazo de los tiroteos en las escuelas.

El Centro Nacional para el Trastorno por Estrés Postraumático de EE.UU. recomienda a los ciudadanos que quieran ser sensibles con sus fuegos artificiales que mantengan una conversación con sus vecinos sobre cómo pueden afectarles los sonidos, o al menos que les avisen de la hora a la que piensan encender los fuegos artificiales.

Lecciones para la atención psicosocial a las familias en duelo

Tras los tiroteos masivos de 2011 en Oslo y Utøya, el gobierno noruego puso en marcha un programa proactivo de divulgación para prevenir las necesidades de ayuda no cubiertas (en línea con el modelo de asistencia sanitaria del país). La mayoría de los supervivientes recibieron uno o más tipos de servicios sanitarios primarios tanto directamente después del atentado como al año siguiente. La mayoría de los supervivientes recurrieron a servicios especializados de salud mental.

Un estudio publicado en 2015 (actualizado en 2019) incluía recomendaciones de quienes participaron en el programa de divulgación proactiva que pueden orientar a las ciudades a la hora de considerar la prestación de atención a las familias en duelo. Más de 80 padres y hermanos en duelo dieron los siguientes consejos sobre lo que es importante en la prestación de apoyo tras una pérdida traumática:

  • Tiende la mano y ofrece ayuda.
  • Repite la oferta si la rechazan a la primera.
  • Asigna una persona de contacto para garantizar la continuidad en la prestación de los servicios de apoyo.
  • Incluir a los afligidos, tanto a los que tienen una cercanía psicológica como biológica
    al fallecido, en programas de apoyo.
  • Basa el apoyo en la competencia y comunícalo con empatía.
  • Sé flexible, escucha lo que necesitan, pero toma las riendas cuando sea necesario.
  • Proporciona información clara en una fase temprana sobre cómo ocurrió la muerte, las reacciones normales ante el duelo y la crisis, qué ocurrirá a continuación, dónde y de quién pueden recibir ayuda. Repite la información.
  • Ponles en contacto con un psicólogo y otros profesionales, según sea necesario.
  • Ayúdales a ponerse en contacto con otras personas que hayan compartido la experiencia.
  • Ofrece adaptaciones en la escuela y el trabajo sin que tengan que pedirlas.

Otro estudio publicado en Scandinavian Psychologist analizó un programa, organizado por la Dirección de Sanidad noruega, que reunió a familias en duelo durante cuatro fines de semana para procesar y aprender sobre el duelo. Este seguimiento proactivo incluía sesiones de grupo, conferencias plenarias, talleres y actividades sociales, con temas que cambiaban con el tiempo y reflejaban importantes hitos posteriores al atentado, como el juicio, el veredicto, el informe de la comisión y el proceso de duelo.

Lecciones para la atención psicosocial a los jóvenes

Un estudio cualitativo de la atención psicosocial a jóvenes supervivientes hospitalizados del atentado de Utøya (Noruega) de 2011 puso de relieve consideraciones clave para el personal sanitario a la hora de atender a los jóvenes.

Surgieron tres categorías generales relacionadas con:

  • Recordar el pasado
  • Afrontar el presente
  • Prepararse para el futuro

El estudio descubrió que «[p]ara los jóvenes del estudio, hablar con el personal del hospital sobre sus experiencias traumáticas se percibía mayoritariamente como algo positivo y se relacionaba con diversos resultados útiles. Además de participar en la narración del trauma, el personal necesitaba comprender y abordar cómo las experiencias traumáticas y la hospitalización provocaron en los supervivientes un miedo prolongado y un cambio en sus valoraciones sobre el mundo y sobre sí mismos. Disponer de tiempo para estar física y mentalmente cerca de los jóvenes y participar en la interacción cotidiana fue crucial para reconstruir su sensación de seguridad y devolverles la normalidad. El personal del hospital desempeñó un papel importante en el fortalecimiento de la confianza de los supervivientes en sus propias capacidades y en los demás. Los distintos profesionales del hospital contribuyeron a diversos aspectos de la atención psicosocial, y tanto las intervenciones centradas en el trauma como las conversaciones y acciones cotidianas se destacaron como enfoques importantes y significativos.»

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