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Rehabilitación y Reintegración de Repatriados de Siria e Irak: Diez lecciones de la experiencia de Berlín para los gobiernos locales

Última actualización:
10/10/2024
Fecha de publicación:
01/09/2023
Tipo de contenido:

Este artículo se basa en la experiencia de Samira Benz, que trabajó como Coordinadora de Repatriados para la Ciudad de Berlín entre 2019 y 2023. Samira trabaja actualmente con la Red de Ciudades Fuertes, apoyando el compromiso con las ciudades europeas y compartiendo su experiencia en la rehabilitación y reintegración de los retornados de Siria e Irak.

Introducción

Muchos países están lidiando actualmente con el retorno de ciudadanos que habían viajado a regiones de Siria e Irak asoladas por el conflicto para unirse al llamado Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Los funcionarios gubernamentales y los profesionales están lidiando con esta compleja cuestión y explorando una serie de métodos y enfoques diferentes para abordar este preocupante fenómeno. Alemania es un ejemplo entre estas naciones. Es uno de los pocos países que tomó medidas proactivas para repatriar a sus ciudadanos de las zonas de conflicto ya en 2019. Hasta la fecha, alrededor del 40% de los aproximadamente 1150 individuos que habían abandonado Alemania para unirse al ISIS han regresado. Esto incluye a 108 mujeres y niños que fueron repatriados activamente por el gobierno alemán.

Alemania ha desarrollado un enfoque global para abordar este reto, que incluye medidas de investigación, procesamiento y desradicalización. Con respecto a la desvinculación, Alemania emplea un enfoque multidimensional que incluye trabajo social integral, apoyo psicológico específico y vigilancia por parte de los servicios de seguridad. Un componente crucial de este enfoque es el equilibrio entre promover la rehabilitación y la reintegración y garantizar la seguridad nacional. Además, Alemania ha desarrollado diversos programas de desradicalización, que se aplican tanto dentro como fuera del sistema penitenciario. Estos programas proporcionan orientación y otro tipo de apoyo a las personas, animándolas a abandonar sus ideologías extremistas violentas y a reintegrarse en la sociedad. Medir la eficacia de estos programas puede ser una tarea difícil debido a la naturaleza compleja y personal de las creencias ideológicas. Sin embargo, estos programas se consideran un elemento crucial de la estrategia alemana en la gestión de la rehabilitación y reintegración de los ciudadanos retornados.

El modelo de coordinación de retornados

Además de estas medidas, Alemania ha aplicado un enfoque global y coordinado para gestionar el retorno de sus ciudadanos de Irak y Siria. Este enfoque -elaborado por el Ministerio Federal del Interior y la Oficina Federal de Migración y Refugiados- es aplicado por Coordinadores de Repatriados que están estratégicamente ubicados en varios estados federales alemanes. Se les confía la responsabilidad de supervisar todo el proceso, desde el retorno hasta la reintegración de los ciudadanos retornados en sus comunidades. Actúan como nexo entre las partes interesadas federales, estatales y locales, incluidas entidades como las fuerzas del orden, el gobierno local, la comunidad local, las organizaciones de la sociedad civil, las organizaciones de asesoramiento y las instituciones de salud mental. El enfoque alemán reconoce la complejidad y diversidad de las situaciones de los retornados. También reconoce que la situación de cada retornado exige un conjunto único de acciones y colaboraciones con distintas instituciones. Por tanto, la responsabilidad del coordinador es también considerar las circunstancias únicas de cada retornado. Aunque los coordinadores de todos los estados federales comparten responsabilidades de coordinación similares, sus enfoques varían debido a su ubicación dentro de distintos departamentos.

El objetivo principal de estos Coordinadores de Repatriados es ejecutar un enfoque multidisciplinar y holístico de la gestión de casos. Sus principales responsabilidades incluyen:

Al adoptar este enfoque detallado y coordinado, los Coordinadores de Repatriados pretenden crear una sólida estructura de apoyo que ayude a la reintegración y rehabilitación de los repatriados en la sociedad alemana, equilibrando sus necesidades individuales con los requisitos más amplios de la seguridad nacional.

Basándose en la experiencia de la autora como Coordinadora de Repatriados, hay una serie de lecciones para otros gobiernos locales que puedan estar intentando contribuir a un enfoque de toda la sociedad para gestionar el retorno de sus nacionales desde zonas de conflicto como Siria e Irak. Se enumeran a continuación y se desarrollan en la sección siguiente.

  1. Nombrar un coordinador local
  1. Desarrollar un plan de reinserción individualizado
  1. Aumentar la sensibilización
  1. Comprender el papel de las principales partes interesadas
  1. Poner en marcha una cadena de comunicación
  1. Organizar mesas redondas
  1. Facilitar y gestionar el intercambio de información
  1. Involucrar a las familias
  1. Asegurar los recursos financieros y humanos
  1. Evaluar y buscar la mejora continua
Los participantes norteamericanos, que formaban parte del Diálogo de la Iniciativa Transatlántica de la Red de Ciudades Fuertes en Berlín, visitaron el Ayuntamiento de Berlín para conocer las estrategias berlinesas de lucha contra el odio y el extremismo, así como su enfoque de la rehabilitación y reintegración de los combatientes extranjeros y sus familias.

Operacionalizar un Enfoque de «Toda la Sociedad» para una Rehabilitación y Reintegración Eficaces.

La rehabilitación y reintegración de los retornados es un proceso complejo que requiere una planificación cuidadosa, un enfoque multidimensional y la participación activa de diversas partes interesadas. Aunque los enfoques de la reintegración pueden variar de un país a otro, las estrategias de éxito y las buenas prácticas que la autora ha empleado durante su mandato como Coordinadora de Retornados en Berlín son relevantes para los gobiernos locales y otras partes interesadas fuera del contexto alemán. Estas prácticas, por tanto, podrían informar los enfoques de los gobiernos locales y sus homólogos nacionales en otros países, contribuyendo a los esfuerzos de «toda la sociedad» para facilitar la reinserción y rehabilitación satisfactorias de sus ciudadanos.

  1. Nombrar un Coordinador Local

La rehabilitación y reintegración de los retornados requiere esfuerzos coordinados de diversas partes interesadas de distintos sectores, especialmente a nivel local. En este contexto, debe considerarse la posibilidad de nombrar a una persona -ya sea a nivel municipal o regional- que coordine a las partes interesadas y supervise el proceso de reintegración en su jurisdicción.

Los coordinadores pueden actuar como punto de contacto central para las partes interesadas, sobre todo las que tienen poca experiencia en este ámbito. Pueden desempeñar un papel fundamental a la hora de garantizar que todas las partes interesadas estén bien informadas para desempeñar eficazmente sus funciones, al tiempo que gestionan el intercambio de datos sensibles para proteger tanto a las partes interesadas como a los retornados. Pueden mediar en los conflictos entre el gobierno y los agentes de la sociedad civil, sobre todo en las áreas relativas a la sensibilidad y seguridad de los datos.

Los coordinadores también pueden ayudar a generar confianza entre las partes interesadas. Pueden facilitar reuniones de mesa redonda para crear plataformas de diálogo abierto y búsqueda de consenso. Esto ayuda a clarificar los papeles, gestionar las expectativas y evitar malentendidos que pueden generar desconfianza. Esto es igualmente relevante entre profesionales de distintos campos y entre el gobierno y los miembros de la comunidad para evitar interrupciones en el proceso de reintegración.

El valor añadido de un coordinador bien posicionado es que puede recurrir a un conjunto de conocimientos y recursos diferentes. Al mismo tiempo, conocen las estructuras de las autoridades y sus diversas necesidades y pueden ayudar a clarificar los procesos de trabajo y garantizar la transferencia de información mediante la recopilación, agrupación y gestión del intercambio de información.

Para mantener una función neutral, el coordinador debe formar parte de una unidad de gobierno local que no esté afiliada a los organismos de seguridad, especialmente si están en contacto directo con los retornados y las comunidades receptoras.

  1. Desarrollar un Plan Individualizado de Rehabilitación y Reinserción

El primer paso hacia una rehabilitación y reinserción efectivas implica el desarrollo de un plan de reinserción para cada individuo. El plan debe adaptarse a las necesidades, vulnerabilidades, factores de protección y circunstancias únicas del retornado, reconociendo que las estrategias de talla única no son eficaces en escenarios tan complejos. Como tal, el plan debe abarcar evaluaciones de las necesidades del retornado en múltiples dimensiones, incluido el bienestar psicológico, la situación educativa y las aptitudes profesionales. Lo ideal sería que en la elaboración del plan participara un equipo multidisciplinar de profesionales, incluidos trabajadores sociales, psicólogos, educadores y formadores profesionales. Cada miembro de este equipo aporta su experiencia para desarrollar un plan integral, específico y eficaz, diseñado para capacitar a la persona y mejorar sus perspectivas y su bienestar.

Además, el plan debe incorporar actividades de integración social diseñadas para forjar un sentimiento de pertenencia y aceptación dentro de sus nuevas comunidades. Este enfoque en la integración social no sólo ayuda a los retornados a forjar conexiones y construir redes sociales, sino que también contribuye al desarrollo de habilidades sociales que son cruciales para su reintegración a largo plazo. Esto puede facilitarse mediante la participación en servicios comunitarios, la asistencia a actos sociales y/o la participación en actividades deportivas y culturales. Un aspecto crucial de este paso es implicar activamente al retornado en el proceso, alimentando su motivación para desvincularse de su pasado y reintegrarse en la sociedad.

Dado que, como en Alemania, la mayor parte del apoyo disponible (por ejemplo, asesoramiento, terapia, apoyo familiar) se presta de forma voluntaria (es decir, no obligatoria), los profesionales locales deben ayudar a los retornados a comprender las ventajas del programa de reintegración para que acepten las ofertas de apoyo y se conviertan en colaboradores activos de su viaje de rehabilitación y reintegración.

Es imperativo garantizar que las medidas de seguridad jurídica no obstaculicen inadvertidamente los esfuerzos de rehabilitación y reintegración. Por ejemplo, medidas como prohibir a los retornados tener una cuenta bancaria pueden obstaculizar sus intentos de reintegrarse en la sociedad y adquirir independencia económica. Por lo tanto, un plan exitoso debe equilibrar las necesidades de seguridad con los objetivos fundamentales de la reintegración.

Además, dada la naturaleza a largo plazo del proceso de rehabilitación y reintegración, el gobierno local debe asegurarse de que el apoyo sostenido y el seguimiento sean componentes vitales del mismo. Esto ayuda a garantizar que el plan siga siendo relevante y eficaz a lo largo del tiempo y pueda ajustarse para responder a los cambios en las circunstancias personales o los progresos del individuo.

  1. Aumentar la concienciación

La gestión eficaz de los retornados requiere que todas las partes interesadas estén bien informadas y sean sensibles a las complejidades y matices de la situación. Esto incluye proporcionar información completa y pertinente a las partes implicadas en la gestión del retornado. Esto puede mitigar el riesgo de que determinados profesionales u otras partes interesadas sean lentos o no estén dispuestos a actuar. Por ejemplo, puede que los servicios sociales no vean la urgencia de facilitar una plaza en una guardería para un niño que regresa, dado que están gestionando otros casos que también parecen urgentes. Esta falta de urgencia podría reflejar una comprensión inadecuada de los antecedentes del menor retornado y de los posibles traumas que puede haber sufrido en las zonas de conflicto. Subraya la necesidad de una mayor concienciación -especialmente entre las partes interesadas con escasa experiencia en el trato con personas traumatizadas- sobre las necesidades singulares de los retornados y la importancia de una actuación rápida y adecuada.

En general, las partes interesadas deben comprender que el éxito del proceso de reintegración depende de su capacidad para comprender a fondo la situación del retornado y responder con empatía y urgencia. Esto incluye también una comprensión realista de la amenaza potencial (basada en pruebas) que algunos retornados pueden suponer para la seguridad nacional, sin inducirles un miedo innecesario ni abrumarlos.

Como parte del proceso de concienciación, debe proporcionarse una formación coherente y específica a todas las partes implicadas. Esta formación debe establecer un entendimiento común y una base de trabajo entre las partes interesadas. También debe abarcar una serie de temas, como el proceso de radicalización, los antecedentes culturales de los individuos, los posibles traumas que hayan podido sufrir y la situación sobre el terreno en la región del conflicto en cuestión.

Los retornados suelen albergar una profunda desconfianza hacia ciertas autoridades. Esta desconfianza a menudo impide la cooperación y crea una barrera para la reintegración efectiva. Las ideas erróneas sobre el papel de estas autoridades, su transparencia y el uso de la información recopilada deben abordarse mediante la aclaración y el diálogo facilitado por los socios de la red. Además, la sensación de injusticia creada por ciertas acciones de los organismos de seguridad, como las restricciones de viaje o los registros domiciliarios de familiares, puede ser desestabilizadora, pero los profesionales que no se dedican a hacer cumplir la ley pueden ayudar explicando los procedimientos, como las restricciones de viaje o la razón de ser de los registros domiciliarios de familiares.

Para minimizar la posible estigmatización y la atención injustificada de los medios de comunicación durante la fase de reintegración, deben adoptarse medidas cuidadosas al difundir información sobre la situación de los retornados. Se recomienda que, en caso necesario, sólo se informe sobre la situación del retornado a quienes ocupen cargos directivos, como las autoridades escolares o los empresarios que tengan un papel directo en el proceso de reintegración. La introducción de directrices exhaustivas para las partes interesadas puede resultar decisiva en este contexto. Pueden proporcionar una hoja de ruta clara, esbozando las buenas prácticas, las responsabilidades y los procedimientos que deben seguirse, y garantizar que todas las partes interesadas tengan una comprensión compartida de sus funciones y de los objetivos más amplios.

  1. Comprender las funciones y perspectivas de las principales partes interesadas

Comprender la posición de cada uno, su responsabilidad y los límites de su papel en relación con otros profesionales implicados es un factor crítico en la gestión de casos. Es crucial que cada parte interesada reconozca la importancia de su papel, actúe dentro de su autoridad y se abstenga de sobrepasar los dominios de los demás. Esta comprensión del papel mitiga significativamente el potencial de estigmatización y acelera el proceso de reintegración. El planteamiento alemán de coordinar a los retornados es un buen ejemplo de ello. Los Coordinadores de Retornados, aunque facilitan el proceso general de reintegración, no imponen acciones a los actores participantes. Por el contrario, garantizan que cada actor trabaje dentro de su propia autoridad, respetando las capacidades y limitaciones únicas inherentes al papel de cada parte interesada.

Además, es fundamental reconocer y apreciar las diferentes perspectivas e intereses implicados en el proceso. Por ejemplo, la policía podría dar prioridad a los aspectos de seguridad, mientras que las entidades políticas, los profesionales ajenos a las fuerzas de seguridad, la familia del retornado o la comunidad podrían tener puntos de vista diferentes. El papel del coordinador, en este caso, es proporcionar una plataforma que fomente la comprensión de estas perspectivas e intereses divergentes, garantizando un enfoque global de la gestión de los retornados.

Sensibilizar sobre los retos y promover una comprensión matizada son esenciales para tratar eficazmente los casos de retornados. Por ejemplo, podría haber discrepancias en las medidas aplicadas durante la fase de encarcelamiento y la fase posterior a la puesta en libertad de un retornado, lo que provocaría posibles lagunas en su rehabilitación. Para solucionarlo, los coordinadores pueden ayudar a las partes interesadas a comprender mejor los procesos de trabajo de los demás. La creación de redes a largo plazo y coherentes entre todas las partes implicadas también es fundamental para fomentar una comprensión global de las funciones y cultivar la confianza entre los actores.

  1. Pon en marcha una cadena de comunicación

Para que el flujo de información sea seguro y fiable, se recomienda aplicar una estrategia de comunicación matizada que trate de mantener un equilibrio entre garantizar la transparencia, salvaguardar la intimidad de los retornados y proteger los intereses de seguridad del gobierno. Esta estrategia requiere la designación de un punto de contacto específico dentro de cada institución implicada en el proceso, que sirva de enlace dentro del mecanismo de intercambio de información.

Este sistema de intercambio de información debe construirse teniendo en cuenta tres objetivos principales:

1. Gestión de la confidencialidad: El primer objetivo es impedir eficazmente cualquier acceso no autorizado a la información clasificada. Es importante controlar la difusión de datos sensibles para garantizar que no caigan en manos equivocadas, lo que podría poner en peligro la seguridad personal de los retornados o comprometer la seguridad del Estado.

2. Transferencia rápida de información: El segundo objetivo se centra en posibilitar una rápida transferencia de información que permita actuar con rapidez, lo que es especialmente importante dada la naturaleza impredecible del proceso de repatriación. En algunos casos, este proceso puede producirse de la noche a la mañana o durante los fines de semana, lo que requiere la capacidad de movilizar recursos rápidamente y responder a los acontecimientos en tiempo real.

3. Prevención de la estigmatización: El tercer objetivo, igualmente importante, es evitar cualquier posible estigmatización de los retornados, en particular de los niños, que son especialmente vulnerables. Garantizar un flujo controlado de información y una gestión cuidadosa de las narrativas de los retornados puede ayudar a evitar estereotipos y estigmas perjudiciales que podrían afectar negativamente al proceso de reintegración.

  1. Organise Rondatable

La organización y facilitación de mesas redondas es un paso esencial para la eficacia de los esfuerzos de reintegración y rehabilitación. Estas reuniones sirven de plataforma para diálogos estructurados tanto antes como después del regreso de las personas. Facilitan la planificación y ejecución de esfuerzos a corto plazo, como la logística a la llegada al aeropuerto, y de medidas a largo plazo, como el proceso de desvinculación y reintegración. La composición de estas reuniones no es única, sino que depende de multitud de variables, como si el repatriado se repatría solo o acompañado de su familia, la presencia de una orden de detención pendiente contra un familiar o la repatriación de menores no acompañados. Aunque las primeras fases de la reintegración suelen estar orientadas a la seguridad, es crucial implicar o informar lo antes posible en estas mesas redondas a las organizaciones de la sociedad civil y a las partes interesadas pertinentes de las comunidades en las que se reintegran las personas, dado su papel fundamental en el proceso de reintegración a largo plazo.

Las reuniones de mesa redonda ofrecen la oportunidad de incorporar a la conversación a nuevas partes interesadas y brindan a todas ellas la oportunidad de intercambiar información crucial y les permite aclarar sus funciones y responsabilidades, fomentando el desarrollo de relaciones de trabajo más sólidas. La creación de confianza y el establecimiento de un entorno de colaboración es un beneficio fundamental de estas reuniones, que sustenta la eficacia general de la iniciativa de reinserción. La experiencia del autor indica que la piedra angular de una cooperación eficaz reside en la confianza y en la voluntad compartida de trabajar juntos. Cuando estos elementos están presentes, el proceso tiende a avanzar sin problemas.

El apoyo posterior a la puesta en libertad es un tema integral de estos debates. Una vez que la persona se ha reintegrado en la comunidad, las medidas de seguimiento son fundamentales para evitar posibles recaídas en el comportamiento extremista. Pueden consistir en controles periódicos, asesoramiento o terapia continuos, tutoría y apoyo comunitario, todo lo cual puede coordinarse y debatirse durante estas reuniones de mesa redonda.

  1. Facilitar y gestionar el intercambio de información

La gestión del intercambio de información es un aspecto crítico, aunque complejo, del proceso de reintegración. Es necesario un equilibrio; las partes implicadas necesitan tener acceso a la información pertinente, incluidas las amenazas potenciales a la seguridad, sin sentirse abrumadas o excesivamente cautelosas a la hora de llevar a cabo sus responsabilidades.

Pueden surgir conflictos cuando las autoridades de seguridad solicitan más información de la que pueden compartir responsablemente las organizaciones de la sociedad civil o no están dispuestas a revelar procedimientos de información clave. Estos conflictos entre el gobierno y la sociedad civil, que no son exclusivos del contexto de los retornados, pueden provocar una reticencia a cooperar. Por tanto, es esencial facilitar debates exhaustivos sobre la sensibilidad de los datos entre todas las partes interesadas.

La atención de los medios de comunicación plantea otro reto. La cobertura de los casos de retornados suele aumentar cuando regresan y disminuir con el tiempo. Sin embargo, la renovada relevancia del tema puede hacer que aumente el interés de los medios de comunicación, lo que puede poner en peligro la cooperación basada en la confianza si se filtra información confidencial. La mayor atención de los medios de comunicación puede llevar a los profesionales, en particular a la policía, a actuar con mayor cautela a la hora de compartir información. También existe el riesgo de polarización y estigmatización de la comunidad, ya que los grupos extremistas pueden aprovecharse de estas situaciones. En respuesta a esto, puede ser beneficioso proporcionar formación en comunicación a las partes interesadas, como escuelas, empresarios y asesores. Esto puede dotarles de las herramientas necesarias para desenvolverse en situaciones en las que el anonimato se vea comprometido o cuando los medios de comunicación soliciten declaraciones. La creación de un plan de comunicación, en el que se esbocen diversos escenarios y respuestas, podría ser una estrategia práctica para gestionar los retos de la atención mediática y la sensibilidad informativa.

Consideraciones prácticas para las autoridades locales a la hora de crear sistemas de intercambio de información

1. Formación de las partes interesadas. Forma a las partes interesadas no sólo sobre cómo utilizar el sistema de intercambio de información, sino también para que comprendan las consideraciones éticas, la normativa sobre protección de datos y el contexto más amplio. Por ejemplo, asegurarse de que sus sistemas de intercambio de información cumplen la normativa local, nacional e internacional sobre protección de datos.

2. Establece un propósito claro para el sistema de intercambio de información, por ejemplo, esboza los objetivos, el tipo de información que se va a compartir y los usuarios principales.

3. Dirigir la información pertinente a las partes interesadas de la sociedad civil comprometidas (dependiendo de si están autorizadas a recibir dicha información). Esto se debe a que desempeñan un papel importante en la evaluación de las necesidades de los retornados. Por ejemplo, sin información sobre la repatriación, los servicios de asistencia a la juventud no pueden tomar las medidas necesarias, por ejemplo, determinar si el familiar puede acoger a sus hijos. Necesitarían esta información para evaluar las condiciones de vida y la idoneidad del familiar.

4. Crear formatos normalizados. Las distintas autoridades pueden utilizar terminología o estructuras de datos diferentes, lo que puede dificultar una comunicación eficaz. Por ejemplo, los organismos encargados de hacer cumplir la ley pueden utilizar definiciones diferentes de quién se considera retornado que las organizaciones de la sociedad civil, lo que puede dar lugar a diferentes interpretaciones de las cifras.

5. Revisa y actualiza periódicamente los sistemas de intercambio de información para garantizar que siguen siendo eficaces, ya que se trata de un proceso dinámico. Por ejemplo, la cadena de información del proceso de retorno puede ser diferente de la del proceso de reintegración.

  1. Involúcrate Familias

Un aspecto crítico del proceso de reintegración es la participación de la familia o el entorno social del individuo, cuando sea aplicable y beneficioso. La familia inmediata o los amigos pueden proporcionar un apoyo inestimable y un profundo sentimiento de pertenencia que puede mejorar sustancialmente el proceso de reintegración. Sin embargo, es esencial evaluar la dinámica dentro de cada familia, ya que puede ser necesario el asesoramiento familiar para abordar posibles tensiones o problemas que podrían impedir una reintegración satisfactoria.

El papel de la familia en este proceso puede ser polifacético y poderoso. Su participación puede fortalecer la resiliencia del retornado y reforzar el sistema de apoyo multidimensional que necesita durante su transición. Por lo tanto, las partes implicadas en el proceso de reintegración deben evaluar si una estrecha colaboración con la familia será beneficiosa. No obstante, la inclusión de la familia debe gestionarse estratégicamente y debe considerarse apropiada caso por caso. No todas las familias pueden ejercer una influencia positiva sobre el retornado, y es esencial reconocer y tener en cuenta estas variaciones en la dinámica familiar.

Las familias, cuando participen, deben ser incluidas en todas las fases del proceso. No sólo deben sentirse incluidos, sino también contribuir activamente a este proceso. Sin embargo, el intercambio de información privada con miembros de la familia debe tratarse con delicadeza. Debe comunicarse claramente al retornado si desea que su familia participe y hasta qué punto da su consentimiento para que se comparta su información con ellos. En los casos en que intervenga el asesoramiento u otros servicios, sus preferencias y su comodidad deben ser el factor que guíe la participación de la familia. El principio subyacente debe respetar siempre la intimidad del retornado.

  1. Asegurar los recursos financieros y humanos

Garantizar los recursos financieros y humanos es parte integrante de asegurar el apoyo a largo plazo a los retornados, un proceso que debe abarcar al menos cinco años, pero idealmente hasta diez. Esta asistencia a largo plazo no consiste simplemente en proporcionar recursos, sino que debe considerarse un proceso continuo que se adapta y responde a la evolución de las necesidades de los retornados. Por ejemplo, conseguir un empleo para un retornado no significa el final de la reintegración. Es más bien un hito de todo el proceso.

A partir de las experiencias de los últimos años, se reconoce que los niños pueden empezar a mostrar signos de trauma varios años después de su regreso. Dado este retraso en las manifestaciones del trauma, es fundamental un periodo prolongado de ayuda económica. Esto permite un seguimiento coherente y exhaustivo a lo largo del tiempo, garantizando que cualquier problema que surja se identifique con prontitud y se aborde adecuadamente.

Igualmente importante en este proceso es contener redes sostenibles que fomenten la cooperación entre las partes interesadas. Sin embargo, el desarrollo de estas redes y la negociación de los límites operativos a menudo se vuelven más difíciles debido a la financiación temporal de los proyectos. Estas cuestiones ponen de manifiesto la necesidad de un cambio en las oportunidades de financiación y una ampliación de la duración de los proyectos, que permita especialmente a las organizaciones de la sociedad civil operar en condiciones más estables. Sin embargo, la estabilidad financiera no consiste sólo en garantizar un flujo constante de fondos, sino también en reforzar la capacidad de las organizaciones y los programas para apoyar eficazmente a los retornados a largo plazo.

Un componente esencial de la cooperación eficaz entre los actores del proceso de reintegración de los retornados es la confianza. Sin embargo, la confianza suele desarrollarse a lo largo de un periodo de colaboración constante y continuada. La elevada tasa habitual de rotación de personal, a menudo consecuencia de contratos de duración determinada, crea una barrera a esta continuidad. Para que la confianza se establezca y mantenga adecuadamente, es crucial apoyar la formación de relaciones profesionales a largo plazo.

  1. Evaluar y buscar la mejora continua

Es necesario evaluar el papel y el impacto del sistema de apoyo a los retornados para comprender también su posible aplicabilidad general. Estas evaluaciones podrían ayudar a calibrar si dichas redes podrían ampliarse para dirigirse a grupos destinatarios más amplios y hacer frente a los retos que se plantean en el trabajo con personas que ya se han radicalizado hacia la violencia. Además, las evaluaciones pueden ofrecer a los profesionales una lente para la introspección y proporcionar a los responsables políticos una comprensión clara de la estructura de la red, influyendo en sus decisiones sobre su eficacia y, eventualmente, sobre la necesidad de financiación.

Un factor esencial a tener en cuenta en este proceso es la falta de consenso sobre los criterios para medir el éxito de las medidas de rehabilitación y reinserción. Dado que existen múltiples indicadores potenciales de éxito, se hace necesaria una reevaluación continua. Esta reevaluación también debería tener en cuenta la naturaleza evolutiva de las amenazas extremistas y ajustar los criterios de éxito en consecuencia.

La naturaleza de las evaluaciones puede ser interna o externa, dependiendo de factores como el tipo de datos en cuestión y el objetivo principal de la evaluación. Por ejemplo, los datos sensibles o clasificados pueden necesitar una evaluación interna. Es importante que todas las partes interesadas lleguen a un entendimiento mutuo sobre los objetivos, el marco y la metodología de la evaluación. Esto puede garantizar el compromiso de las partes interesadas con el proceso de evaluación, lo que dará lugar a resultados más fiables.

Evaluar el programa de rehabilitación y reinserción desde su inicio puede aumentar sustancialmente sus posibilidades de éxito. Por ejemplo, las evaluaciones pueden hacerse periódicamente, asegurándose de que cada nueva evaluación se base en las ideas y conclusiones de la anterior. Este enfoque implica que hay que dar tiempo a los proyectos para que apliquen las recomendaciones de la evaluación anterior.

Una vez validadas, las estrategias podrían aplicarse también en diversos contextos, beneficiando potencialmente a las autoridades y a las instituciones de la sociedad civil que se ocupan de cuestiones sociales más amplias. Por ejemplo, las metodologías utilizadas para los retornados podrían adaptarse para su uso con otros grupos radicalizados o individuos en riesgo de radicalización. Asimismo, las buenas prácticas identificadas en la gestión de los retornados podrían informar las políticas y prácticas relacionadas con la reinserción social en otros contextos, como la rehabilitación penitenciaria o los programas de reinserción en la comunidad para ex delincuentes.

Al tiempo que celebramos los éxitos, es igualmente importante debatir los retos, extraer lecciones de los reveses y comprender las limitaciones de las distintas estrategias. Hacer que estas evaluaciones sean accesibles públicamente puede ser un movimiento estratégico, que ofrezca a otros la oportunidad de adquirir conocimientos y aprender de las experiencias compartidas.