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Tres años después de su puesta en marcha, las Redes Locales de Prevención de Líbano se están adaptando para hacer frente a una nueva amenaza – Covid-19

Fecha de publicación:
29/04/2020
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— 5 minutos tiempo de lectura

Arriba: la ciudad de Majdal Anjar, Líbano

Nidal Khaled, Coordinador de la Red Local de Prevención. Presidente de la Asociación de Iniciativas Juveniles.

Ghida Elassaad, Coordinadora de Proyectos, Red de Ciudades Fuertes

Este artículo se escribió antes de que el gobierno libanés ordenara el bloqueo por coronavirus.

El miedo a la pandemia de coronavirus se extiende por todo Líbano, y la ciudad fronteriza de Majdal Anjar no es una excepción. Escuelas, mezquitas y mercados han cerrado para impedir su propagación, y las calles están tranquilas.

Sin embargo, mientras la amenaza de una pandemia se cierne sobre el país y, de hecho, sobre el mundo entero, los tres años de experiencia en trabajo comunitario y en la construcción de la solidaridad local a través de la Red Local de Prevención (RPL) de la ciudad han demostrado que no hay crisis ni lacra que la comunidad no pueda abordar unida.

La LPN, lanzada en 2017 con la ayuda de la Red de Ciudades Fuertes (SCN) para prevenir el extremismo violento a nivel local, es un ejemplo destacado de cómo podemos unificar los esfuerzos de las distintas partes interesadas en interés de las comunidades locales. En los últimos tres años, un equipo dedicado de representantes del municipio y de la sociedad civil, líderes religiosos, profesores, grupos de jóvenes y empresas ha encabezado innumerables actividades para impulsar una mayor colaboración a nivel local para aumentar la resiliencia de la comunidad, que ahora están apoyando los esfuerzos actuales de la ciudad.

Las respuestas dirigidas localmente a las epidemias y emergencias, y la necesidad asociada de concienciación para permitir que toda la comunidad contribuya a las soluciones, pueden muy bien inspirarse en nuestro modelo de trabajo colectivo en Majdal Anjar.

El modelo de Red Local de Prevención

Desde 2017, la LPN ha celebrado varias actividades en la ciudad, incorporando a los distintos sectores y líderes comunitarios y ayudando a establecer estructuras firmes de coordinación.

Una de las últimas actividades que se llevaron a cabo antes del cierre de la ciudad fue una sesión de formación para profesores sobre un manual de prevención del extremismo violento (PVE), diseñado conjuntamente con las Redes Locales de Prevención de Saida y Trípoli. La LPN de Majdal Anjar reunió a 22 profesores y directores de centros públicos y privados en el ayuntamiento de la ciudad, con el fin de desarrollar sus conocimientos y capacidades para vigilar las señales de alerta temprana y prevenir los casos de extremismo violento entre los alumnos. Los LPN de Saida y Trípoli realizarán formaciones similares, en el marco de los esfuerzos del SCN por implicar a los profesores en el proceso de prevención de la violencia.

No lejos del ayuntamiento, un grupo de más de 30 jóvenes participaba en una serie de actividades organizadas por el programa Ciudades Jóvenes del SCN.

Tras un curso de formación fotográfica de 10 días titulado «Las fotos hablan», diseñado para desbloquear nuevas habilidades creativas, los jóvenes tomaron fotos de su ciudad natal y de sus aspectos positivos, a menudo ignorados por los medios de comunicación o por el público libanés en general. Las fotos publicadas en las redes sociales han documentado la vida cotidiana en la ciudad, y han contribuido a deconstruir los estereotipos negativos que han afectado a Majdal Anjar. Dos murales pintados en la pared de la escuela suiza añadieron un toque artístico a las calles de la ciudad, cambiando el paisaje para los transeúntes, visitantes y residentes.

Al mismo tiempo, los jóvenes están dirigiendo una nueva iniciativa denominada «Un punto de vista» para crear capacidades de comunicación y mecanismos de diálogo entre los jóvenes y las partes interesadas locales, incluidas las asociaciones de la sociedad civil, los líderes comunitarios y los miembros de los consejos municipales. El objetivo general es desarrollar una hoja de ruta y un plan de acción para mejorar la participación de los jóvenes en los asuntos de la ciudad.

Los vínculos establecidos entre los jóvenes son una prueba fehaciente de la importancia de implicar a los jóvenes en actividades constructivas para crear sentimientos de responsabilidad social y fomentar la pertenencia. Muchos jóvenes de estos grupos atienden ahora las necesidades de la comunidad mediante el voluntariado, apoyando a familias desfavorecidas en tiempos de crisis durante el COVID-19.

La pandemia añade otra capa de responsabilidad que los jóvenes tendrán que asumir apoyando a las partes interesadas locales para hacer frente al virus, pero también proponiendo formas innovadoras de implicar a la comunidad.

Majdal Anjar no sólo ha conseguido movilizar a jóvenes voluntarios para apoyar sus esfuerzos actuales, sino que la experiencia de la ciudad con la LPN también le ha permitido utilizar sus canales en línea para adaptarse a la pandemia, utilizando la divulgación en línea y la coordinación entre profesores para concienciar sobre los peligros de la contaminación.

El papel de los medios sociales se ha identificado recientemente como una de las prioridades de la RPL para futuras actividades, con especial atención al uso de los medios sociales para concienciar y rechazar la retórica extremista y violenta que se está difundiendo en Internet. A la luz de la pandemia de coronavirus y para garantizar que la RPL pueda vigilar y responder a cualquier narrativa de odio que se apoye en la propagación del virus, las actividades incluirán ahora también un enfoque especial sobre cómo Covid-19 está afectando a cuestiones de odio, extremismo y violencia en línea y fuera de línea.


Al reunir a grupos de todo el municipio y de la sociedad civil, la Red Local de Prevención ha demostrado ser no sólo una herramienta para prevenir el extremismo violento, sino una forma de abordar cualquier problema, incluido el Covid-19, como un frente unido y no de forma aislada. La red ha creado estructuras de coordinación, comunicación y liderazgo, división de funciones y responsabilidades y, sobre todo, un entusiasmo por trabajar juntos que resultará indispensable en los próximos meses.

Nuestro mensaje a todos los afectados por la crisis de Covid-19 es el siguiente: no estáis solos. Incluso aislados, podemos formar parte de una comunidad poniéndonos en contacto con nuestros vecinos, ofreciéndonos a ayudar a los más vulnerables, planificando el futuro, pero sobre todo siendo positivos y pragmáticos a pesar de todo.

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