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Desinformación y regulación de los medios sociales – La experiencia nigeriana

Fecha de publicación:
15/01/2021
Tipo de contenido:
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— 4 minutos tiempo de lectura

Arriba: las protestas #EndSARS fueron objeto de campañas de desinformación para sabotear su credibilidad. Crédito: Ayanfe Olarinde

Wadi Ben-Hirki,
Fundador de la Fundación Wadi Ben-Hirki

Wadi Ben-Hirki es un galardonado y experimentado cooperante, escritor y orador público. Es fundadora de la Fundación Wadi Ben-Hirki y licenciada en Contabilidad por la Universidad Covenant.

El siguiente artículo de opinión ha sido escrito por un autor invitado. Las opiniones expresadas en él son propias del autor y no pueden atribuirse a la Red de Ciudades Fuertes.

En agosto de 2014, cuando se notificó el primer caso del virus del Ébola en Nigeria, mucha gente abrazó mitos e información falsa en un intento de hacer frente a la enfermedad mortal. Entre las falsas «terapias experimentales » que se propagaban como la pólvora estaba la creencia de que beber y bañarse en agua saturada de sal curaría el virus del ébola. En consecuencia, muchas personas fueron hospitalizadas con picores en la piel, erupciones cutáneas e hipertensión, y algunas incluso perdieron la vida.

Gobiernos e instituciones de todo el mundo han demostrado cada vez más su compromiso de acabar con la amenaza de la desinformación y la desinformación, que ha tenido consecuencias devastadoras para la población humana. A medida que la gente pierde sus vidas y medios de subsistencia debido a la pandemia de COVID-19, se han puesto en marcha más esfuerzos para garantizar que sólo se comparta información verificada. Como preocupación clave de salud pública en medio de la pandemia de COVID-19, la desinformación se sitúa junto a la incitación al odio, el ciberacoso y la radicalización como otro reto más que plantea un ecosistema digital en rápido crecimiento. Con más de cuatro mil millones de usuarios activos de Internet en el mundo, se ha hecho imperativo que el espacio en línea se refuerce en gran medida y se proteja cuidadosamente para evitar más daños.

A finales del año pasado, Nigeria saltó a los titulares de todo el mundo cuando las protestas #EndSARS sacaron a la luz las diversas formas de injusticia perpetradas por la Brigada Especial Antirrobo (SARS) de la Policía nigeriana. Aunque los jóvenes nigerianos ejercieron su derecho a protestar pacíficamente, los esfuerzos deliberados por difundir información errónea sabotearon su credibilidad. En este contexto, el gobierno inició los esfuerzos para regular las redes sociales en un proyecto de ley presentado a la Asamblea Nacional, que rápidamente se conoció como «proyecto de ley antiredes sociales». Aunque este planteamiento podría impedir la difusión de desinformación a corto plazo, también acabaría con los esfuerzos legítimos por denunciar las violaciones de los derechos humanos y los comportamientos antidemocráticos.

Una solución tangible y sostenible a la regulación de los medios sociales en Nigeria debe tener en cuenta el potencial de Internet y de los medios sociales para ser herramientas eficaces de cambio global positivo. Lograr un ecosistema digital propicio exigirá que los gobiernos adopten un enfoque multilateral que aproveche las numerosas soluciones innovadoras desarrolladas por los actores de este espacio.

La lucha contra la desinformación debe ser un esfuerzo de colaboración si queremos construir un espacio digital positivo

Las plataformas de medios sociales, como Twitter, Facebook e Instagram, ya han trazado estrategias de intervención para ayudar a combatir la desinformación. Los medios de comunicación tradicionales, como la radio y la televisión, han resultado fundamentales para educar a la gente sobre la necesidad de verificar los datos antes de compartirlos. También ha sido muy útil traducir información tan importante y ofrecer actualizaciones en las principales lenguas para tener un mayor alcance y sensibilizar a más personas. En la Fundación Wadi Ben-Hirki, nuestra iniciativa WeSurfSafe pretende detener la propagación de la desinformación y la desinformación, y limitar el alcance de las narrativas perjudiciales que influyen en la radicalización. Mediante infografías, campañas en línea, carteles y programas de divulgación, orientamos a millones de internautas de Nigeria y de otros países sobre las formas de obtener información verificada y la importancia de compartir sólo datos válidos.

El cambio ya se está produciendo a medida que diversos actores se movilizan. No obstante, con más de 125,7 millones de usuarios de Internet, es vital que las partes interesadas nigerianas, como el gobierno, las empresas de medios de comunicación, el sector privado y las organizaciones de la sociedad civil, colaboren para garantizar que la población está informada y educada sobre los daños online.

Ninguno de nosotros estará seguro hasta que todos lo estemos. La lucha contra la desinformación debe ser un esfuerzo de colaboración si queremos construir un espacio digital positivo.

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