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Cómo abordar el COVID-19: Guía para dirigentes municipales

Fecha de publicación:
24/04/2020
Tipo de contenido:
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— 7 minutos tiempo de lectura

Arriba: El alcalde de Kumanovo, Macedonia del Norte, Maksim Dimitrievski, ayuda a los socorristas de primera línea de COVID-19.

Joe Downy
Coordinador, Red de Ciudades Fuertes

La magnitud de la crisis mundial del COVID-19 no tiene precedentes, pero tampoco la respuesta de las ciudades. Los próximos meses supondrán un reto para todos nosotros, ya que los gobiernos nacionales, las ciudades y los trabajadores humanitarios locales se verán obligados a encontrar soluciones innovadoras a problemas desconocidos. Para ayudar, hemos reunido algunos de los mejores consejos y recursos que hemos visto de los dirigentes de las ciudades, el mundo académico, los grupos de reflexión, las organizaciones mundiales y la sociedad civil local sobre cómo las ciudades pueden hacer frente a esta amenaza.

1. Compartir buenas prácticas

Las ciudades que son abiertas y colaboradoras en sus planteamientos ante las crisis suelen estar mejor equipadas para gestionarlas que las que no lo son. Esto se aplica a todos los ámbitos, desde las respuestas inmediatas de emergencia, pasando por la prestación de servicios esenciales a los más vulnerables, hasta el desarrollo de estrategias sólidas de comunicación y divulgación pública.

Organizaciones como Ciudades por la Salud Global, COVID-Local y Ciudades C40 ya han elaborado conjuntos de herramientas centralizados y coordinados para ciudades globales, alcaldes y obras de primera línea, mientras que otras como la Liga Nacional de Ciudades, Bloomberg Cities (con sede en EEUU) y Core Cities (con sede en el Reino Unido) han hecho lo mismo para los enfoques nacionales.

Países con experiencia en pandemias como la del ébola en Sierra Leona están ofreciendo sus propias mejores prácticas, mientras que otros con estrategias de éxito probado en la contención de la pandemia, como Singapur y Corea del Sur, han ofrecido consejos para el futuro.

2. Llegar a otras ciudades

Una crisis mundial exige una respuesta mundial. Con el inicio de una crisis económica que puede ser mucho más devastadora a largo plazo, es más importante que nunca que utilicemos al máximo las redes de comunicación existentes entre las ciudades y entre los gobiernos nacionales y locales. El Parlamento Mundial de Alcaldes ofrece un Parlamento Virtual en línea específico para alcaldes, mientras que organizaciones como la Red de Ciudades Fuertes, EFUS, el Consejo de Chicago sobre Asuntos Mundiales y Ciudades y Gobiernos Locales Unidos disponen tanto de recursos como de experiencia para conectar a las ciudades entre sí. Otras organizaciones, como el Foro Económico Mundial y ONU-Hábitat, apoyan a los gobiernos locales tanto directamente como a través de asociaciones.

La capacidad de trabajar en red y de apoyarse mutuamente será tanto más importante en los próximos meses cuanto más apremiante sea el imperativo mundial de coordinar las respuestas, desarrollar kits de pruebas, vacunas, paquetes de ayuda de emergencia y estímulos fiscales, y de compartir la información.

3. Desarrollar un sistema de comunicaciones robusto

La necesidad de una información pública clara y concisa en estos momentos es quizá más crítica que nunca. Las noticias falsas, incluida la desinformación benigna y la desinformación maligna, se propagan más rápido que el propio virus a través de las redes sociales y empeoran su impacto en las poblaciones afectadas. Aunque las empresas y organizaciones tecnológicas han contribuido a frenar la difusión de noticias falsas, ya sea mediante consejos, señalando fuentes fiables o reprimiendo activamente la desinformación, las ciudades tienen su propio papel vital que desempeñar en la regulación y centralización de la información que envían.

En las últimas semanas, hemos sido testigos de un liderazgo ejemplar por parte de los alcaldes de las ciudades, que trabajan incansablemente para enviar mensajes públicos de solidaridad y coraje, compartir actualizaciones, organizar iniciativas e indicar a sus ciudadanos los recursos adecuados. Sin embargo, aún queda trabajo por hacer, y hemos reunido orientaciones para que los dirigentes municipales y los responsables políticos puedan hacer frente a la amenaza de la desinformación en dos artículos: uno sobre educación y otro sobre política y extremismo.

4. Apoya a las organizaciones comunitarias locales

El éxito de la prevención del COVID-19 depende de la conformidad de las comunidades, que a su vez requiere confianza. Los líderes comunitarios y religiosos, la sociedad civil, los trabajadores de primera línea y el sector público en general tienen un papel vital que desempeñar para tender puentes entre los gobiernos y las personas, construyendo relaciones de confianza y un contrato social resistente.

Desde proporcionar fondos de ayuda de emergencia, exenciones y paquetes de asistencia a los trabajadores de primera línea que atienden a enfermos, ancianos, personas sin hogar, empobrecidos y desplazados, hasta asesorar gratuitamente a los grupos de la sociedad civil sobre cómo pueden capear el temporal, las ciudades pueden ayudar a aliviar la carga de los líderes de las comunidades locales.

Pero quizá lo más importante sea coordinarse con los socios públicos, privados y no gubernamentales para garantizar que todos los esfuerzos contribuyen a los servicios públicos en lugar de duplicarlos.

5. Prevenir el impacto sobre la seguridad, en línea y fuera de línea.

Sometidas a presiones financieras desconocidas, las empresas se ven obligadas a reducir su tamaño o incluso a cerrar por completo, dejando a muchas sin empleo. A pesar de los esfuerzos de los gobiernos por mitigar el impacto económico de la pandemia, la preocupación por el potencial de los actores criminales y extremistas para explotar estas circunstancias es omnipresente y creciente.

Desde la delincuencia menor y organizada hasta el malestar social y los atentados extremistas, las ciudades serán vulnerables a los ataques. Esta amenaza no se limita simplemente a los ataques fuera de línea, ya que el aislamiento ha forzado a las poblaciones a entrar en línea, donde abundan los contenidos extremistas y la desinformación. Por ello, las ciudades deben reforzar y aumentar su policía de proximidad y, cuando sea posible, colaborar con las empresas tecnológicas y los reguladores para establecer plataformas y marcos de respuesta en línea.

6. Acércate a las empresas

Uno de los muchos aspectos sin precedentes del COVID-19 ha sido su naturaleza global e indiscriminada: el virus ha afectado prácticamente a todas las ciudades y naciones del mundo. Aunque ha sido una época extraordinariamente apremiante para las empresas, ya que las cadenas de oferta y demanda se han reducido, los que pueden dentro del sector privado han asumido cada vez más nuevas funciones. Desde destilerías independientes que cambian su producción para desarrollar desinfectantes de manos, hasta grandes empresas que suministran respiradores y desarrollan investigaciones y ensayos destinados a encontrar vacunas, el sector privado está dando un paso adelante para ayudar a combatir la pandemia de COVID-19.

Aunque el desarrollo de asociaciones entre los sectores público y privado sigue siendo una aspiración de todos los sectores, quizá nunca haya sido tan importante para las ciudades desarrollar estas conexiones, ya sea para ayudar a subvenciones de contrapartida para sociedad civilproporcionar redes de seguridad financiera a los trabajadores de primera línea o prestar edificios infrautilizados para ser utilizados como hospitales improvisados.

7. Prepárate para el largo recorrido

Los gobiernos y las ciudades, en su mayor parte, se han mostrado reacios a revelar estimaciones sobre el tiempo que durarán sus respectivos bloqueos. Sin embargo, dado que es probable que el impacto sanitario y económico de la pandemia no tenga precedentes en cuanto a gravedad y longevidad, las medidas que introduzcan las ciudades deben ser necesariamente sostenibles a largo plazo.

Las ciudades desempeñan un papel vital a la hora de liderar la lucha contra el COVID-19, pero en un sentido muy real cada miembro de la sociedad desempeña ahora un papel vital en la lucha contra el virus, ya sea como trabajador de primera línea o simplemente quedándose en casa y autoaislándose. En la Red de Ciudades Fuertes estamos con todos nuestros miembros de todo el mundo. Apoyaremos a nuestras ciudades y socios en todo lo que podamos, mediante la promoción y publicación de recursos, conjuntos de herramientas y orientaciones, y ayudando a poner en contacto a ciudades y expertos con homólogos mundiales.

Si conoces algún recurso dirigido a las ciudades, la sociedad civil o los trabajadores de primera línea que pueda ser de ayuda, envíalo a [email protected] y podremos compartirlo con nuestra red.

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